domingo, agosto 18

LA VIRTUD DE LA PACIENCIA



Pues busco, debo encontrar;
pues llamo, debenme abrir;
pues pido, me deben dar;
ues amo, débeme amar
Aquel que me hizo vivir.

¿Calla? Un día me hablará.
¿Pasa? No lejos irá.
¿Me pone a prueba? Soy fiel.
¿Pasa? No lejos irá:
pues tiene alas mi alma y va volando detrás de él.

Es poderoso, más no
podrá mi amor esquivar;
invisible se volvió,
más ojos de lince
yo tengo y le habré de mirar.

Alma, sigue hasta el final
en pos del Bien de los bienes,
y consuélate en tu mal
pensando con fe total:
¿Le buscas? ¡Es que lo tienes!
Amén.


Aunque vaya sonar a 'catonazo', aparece algo nuevo, queridos 4 lectores, despues de algunos diítas de insalubridad electrónica; sepan, eso sí, que no es falta de amor sino un poquitin de actividad pastoral foranea la que promovió el desosiego en la atención de este rincón. Gracias por la comprensión, y la paciencia.

Si algo vale la pena, aunque sea difícil, lo hago. P. Salvador Nava