HOME SWEET HOME
dos años = 24 meses = 730 días = 17520 horas...
Hoy pero hace 2 años, bien lo recuerdo, por ahi de las 8 de la noche, fui dado de alto del hospital de la sección 50 de maestros, en la colonia Mitras -Mty, NL- y con ello terminé mi peregrinar hospitalario post-accidente (que comprendió desde el 9 de agosto del 2000 hasta dicha fecha, la Cruz Roja de Salamanca, el H.? de La Parra en León, Santa Margarita! en Gdl y ese de los tichers-. Y vine a residir, como hasta el momento lo hago, a casa de mis padres, que había dejado de ser la mía por ahi del 23 de agosto del 97 que pasé a emigrar a Tlaquepaque, para internarme en la formación inicial salesiana. Así que puedo decir que "mi exilio" duró más o menos 3 años 2 meses y 1 quincena. Si nos apegamos a la tradiciona fórmula de "todo lo que sube tiene que bajar" y análogamente afirmamos que "todo lo que sale tiene que volver" pues gratamente estoy cumpliendo la afirmación, y la gratitud no me alcanza para esta familia ESPARZA DE LA GARZA: Víctor-Guadalupe-Lizeth-Juan Luis-Leonel-Ángela-Karla, a quienes cibernauticamente elevo hoy un breve pero merecido homenaje por el cariño, paciencia y dedicación que este individuo le han tenido.
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Aquí arriba pueden observar la casa # 30 de la inspectoría MEG, a la cual de contar con una crónica oficial al estilo de las otras comunidades salesianas, no le faltarían datos de lo más interesante. Desde Santa Teresita del Niño Jesús hasta el recién "despedido" -en tono afable y de ahi las comillas- del noviciado de ChulaVista, Luis Miguel, han circulado por sus rumbos, teniendo siempre las puertas abiertas y el corazón en disposición de acogimiento. Últimamente las estadísticas dicen que ya la raza no se reporta tanto -ni física ni telefónicamente- (y no es reproche, aclaro), más sepan que esta casa y esta familia son las suyas también -verdad, Edgar- y el que no se anime pues que no se queje.
Para quienes no han venido, pues yo tengo mi residencia en la parte de abajo; que de cochera se convirtió en mi humilde morada, algo así como el portal que hace 2000 años se convirtió en residencia temporal del hijo de un carpintero. Esta calle es una privada, por lo que la circulación de carros es mínima lo que ayuda a mantener la tranquilidad. Y practicamente a espaldas, unas cuantas cuadras más arriba, está el majestuoso e iconoclástico Cerro de la Silla, símbolo estatal.
Pues bien, ¿qué me deparará el destino en el futuro? mmm, por el momento el presente me tiene aquí, lo que le agradezco de sobremanera a Dios.
No estoy por gusto, pero sí con gusto. Evaristo Olmos V., sdb